No quiere estudiar: ¿Cómo le motivo?

Fomenta la curiosidad y el interés por el aprendizaje

  • Busca juegos educativos acordes a su edad. Pueden ser materiales, pero también aplicaciones, muchas de ellas gratuitas. Por ejemplo: concursos de preguntas, aplicaciones para mejorar la ortografía o las matemáticas, juegos para aprender idiomas, pasatiempos con los que entrenar la atención y la memoria, etc.

 

  • En la línea de la idea anterior, una opción es buscar un matiz educativo a los hobbies que ya tiene. Por ejemplo, muchos niños pasan horas viendo vídeos en internet de sus youtubers favoritos. Pero no sólo existen youtubers que jueguen a videojuegos, los hay que hablan del universo, de arquitectura, de arte, de ciencia, de música… Otro ejemplo: si dedica excesivo tiempo a ver la TV, dibujos animados o las mismas películas una y otra vez… ¿por qué no hacerlo en versión original?

 

  • Amplía su rango de intereses. Un motivo por el que un niño puede mostrarse desmotivado es porque su rango de intereses es escaso o poco estimulante. Una solución es recurrir a organizaciones como ayuntamientos, centros culturales o asociaciones las cuales a menudo organizan talleres y actividades lúdicas de forma gratuita o a un bajo coste, que promueven el desarrollo de diferentes habilidades, por ejemplo, sociales, deportistas, artísticas, culinarias, etc.

 

  • Involucra a tu hijo en las actividades del día a día para potenciar sus habilidades de búsqueda de recursos e información, por ejemplo, delegando en él nuestro trayecto en el metro, dejando que coja nuestra cartera a la hora de pagar en un bar o en una compra, que si quiere ir a practicar una actividad se interese en buscar información sobre el horario…

 

Establece una rutina

  • Establece una secuencia de actividades más o menos fijas que faciliten la adquisición del hábito de estudio. Por ejemplo, después de llegar a casa, nos lavamos las manos, preparamos la merienda, comemos mientras charlamos, descansamos un poco viendo la TV o jugando, nos lavamos los dientes y a la hora establecida comenzamos con la tarea.

 

  • No sólo establecemos un horario para comenzar a trabajar, también es importante marcar una hora límite a partir de la cual se podrá tener acceso a otras actividades reforzantes en caso de haber completado la tarea planificada, por ejemplo, salir a la calle, ir a casa de un amigo, ver una serie, dar una vuelta en bici… Podemos hacer que esta hora límite coincida un tiempo antes de la cena, para que sea más fácil poner fin a la actividad recreativa.

 

  • Delimita la duración de las pausas y de los pequeños descansos entre tareas.Por ejemplo, se pueden establecer 5 minutos de descanso cuando acabamos una asignatura y 15 minutos de descanso para comer algo.

 

  • Trata de que tu hijo no asocie los deberes o el estudio con discusiones, enfrentamientos o momentos desagradables.

 

  • Es recomendable que el espacio de estudio sea siempre el mismo, suficiente, cómodo y libre de distracciones. Considera la opción de establecer ciertos días para realizar los deberes en salas de estudio o bibliotecas infantiles, en los que podrá concentrarse más fácilmente y observar a otros iguales como modelo de referencia.

 

Ayúdale con la organización escolar

  • Es importante que aprenda a concretar exactamente el número de páginas que debe estudiar cada día para lograr una adecuada planificación de cara al examen.

 

  • Para ello, una buena opción es elaborar un calendario semanal que siempre esté a la vista y que le permita comprobar por sí mismo si su ritmo es el adecuado. Adicionalmente, podemos crear un calendario del trimestre, en el que apuntar las fechas de exámenes, las entregas de trabajos, exposiciones, festivos, eventos especiales… que pueden marcarse usando una leyenda de colores, pegatinas, post-its…

 

  • Trata de mantener un contacto regular con los profesores para comprobar si la evolución está siendo adecuada.

 

  • Muestra a tu hijo diferentes técnicas de estudio y ayúdale a ponerlas en práctica. Una buena idea es emplear recursos virtuales para crear y personalizar mapas mentales propios, flashcards, diapositivas…

 

  • Considera la opción de contratar los servicios de un profesor particular con el que pueda trabajar aquellas áreas en las que necesita refuerzo.

Refuerza positivamente: atiende, premia y muestra tu satisfacción

  • El refuerzo más poderoso para un niño es recibir la atención de sus padres: si tu hijo está haciendo algo bien, díselo, dale valor, interésate por ello y transmítele tu aprobación. Por ejemplo: si a tu hijo le gusta pintar, cuelga sus trabajos en su cuarto como símbolo de que estás orgulloso de su esfuerzo y le animas a continuar.

 

  • No des por hecho que lo que hace bien no debe reforzarse porque es su obligación y sobre todo, no esperes a premiarle sólo cuando lo ha hecho todo bien, es importante premiar cada paso que se acerque a lo que queremos ver en él.

 

  • Sé paciente y mantén una actitud positiva. Adoptar nuevos hábitos y apreciar los cambios requiere tiempo.

 

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Alicia Hermoso Meijide

Psicóloga Sanitaria

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